Un lobbista social defiende intereses colectivos de justicia, equidad y derechos humanos. Tiene dos reglas de oro: nunca habla de dinero y siempre está dispuesto a dialogar, aún con el mismísimo diablo, a su mejor conveniencia. Si además es bueno, será capaz de sentarse a hablar con Belcebú sin prejuicios y convencido de poder acercar […]